Si un día me salen pecas en la nariz, que sea por la sal del mar.
Si florecen lunares en mi piel, que sea por las veces que el sol me dio luz para cruzar océanos.
Si me rompo un hueso, que sea por subir montañas, descalza.
Si me duele la espalda, que sea por siempre agacharme a ayudar a otro.
Si un día me pierdo, que sea por amor.
Si un día fracaso, que sea por soñar sin miedo.
Si un día se me arrugan los ojos, que sea por esos momentos que me reí descontroladamente.
Si me salen heridas en las manos, que sea por levantar las piedras de mi camino, hasta las más pesadas.
Si un día engordo, que sea por chocolate.
Si un día ya no estas conmigo, que sea porque ya te había dicho millones de veces que te quiero.
Si un día ya no entiendes lo que digo, que sea porque te estoy dando las gracias en otro idioma.
Si un día ya no hablo, que sea porque siempre hable con la verdad.
Si un día ya no escucho, que sea porque ya grabé un álbum entero en mi memoria de tu risa.
Si un día ya no puedo caminar, que sea porque aprendí a volar.
Y si un día me voy de este mundo, que sea porque me convertí en estrella.
– mis pecas de sal